Pensamientos y reflexiones derivadas de la experiencia de ir al cine y a la vida.

martes, 11 de diciembre de 2007

Tierra

No es un documental más de la 2, y no sólo por el formato en que se nos presenta: gran pantalla, que también, sino porque nos hace disfrutar de imagines inéditas de la nave en la que viajamos y de sus rincones menos frecuentados hasta los que sí llegan las consecuencias de nuestro depravado e inconsciente modo de vida.
Al Gore lo dice de otra manera, más agresiva, violenta, incómoda y dicen que para él beneficiosa. Los responsables de esta cinta (Fothergill y Linfield) nos convencen sin importunarnos, con menos teoría y miedo catastrofista y sí con casos concretos:
- El oso polar al que el tráfico de los coches impedirá que llegue a tiempo al restaurante.
- La manada de elefantes desorientados por la humareda de las fábricas.
- La ballena y su cría a la que nos empeñamos en cambiarle la dieta oceánica.
Lo mejor no está en la película pero forma parte de ella: www.loveearth.com. La página web desde la que podemos continuar con la película, saber el final abierto y que depende de nosotros. ¿Qué final que vamos a decidir entre todos para estas especies puestas de ejemplo y manifiesto?
Cinematográficamente podemos disfrutar de la manipulación de las proporciones y medidas de las que tanto habló el profesor Bouvier: la cámara rápida y lenta que nos proporcionan detalles y descubrimientos que escapan a nuestra percepción cotidiana, obcecada en no ver más allá de nuestra comodidad, rapidez y confort que nos proporciona nuestro coche al ir a trabajar. Piensen ustedes en el oso polar, ése si que no va a llegar a tiempo, ni a trabajar, ni a comer, ni a su cita anual con los leones marinos.

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