Les voy a contar
que Eimish es una adolescente con tintes de madurez, como
tantas de las que por ahí andan. La madurez que no siempre
termina llegando y cuando lo hace, no siempre es a tiempo o de
la mejor manera. Eimish está llamada, por su naturaleza, a
amar, ser amada y tener una familia. La familia es ese lugar
en el que te quieren por quién eres y cómo eres, y no tanto
por lo que haces, tienes o puedes llegar a ser.
Eimish no es una
amish, que quede claro. Que la conocí en pase de prensa pero ustedes pueden hacerlo desde hoy en las salas de cine menos comerciales, porque sí, es cine de autor, del que demanda algo de reflexión, con actores consolidados y más de un goya.
Desde su
infancia Eimish añora lo que es una familia, quizá sea por eso
que sabe cuánto la necesita y es capaz de abandonar a quien
ama. Eimish necesita una familia pero no la quiere con quien
no quiere tenerla.
Eimish, como tú
y como yo, ha viajado, vivido y experimentado, pero sigue con
un hueco vacío. Ese vacío que toda persona necesita rellenar y
trata de colmarlo a base de amores de calle, de pasiones
mundanas.
Y en esto, Eimish
se va de casa en busca del HOGAR, en plan hasta luego Lucas,
que así se llama su pareja. Y allá que van, Eimish que busca y
Lucas que busca a Eimish sin buscar lo que busca ella.
Toda búsqueda está marcada por jalones. Y dónde unos sólo ven objetos, otros ven las indicaciones de su camino. Las mariposas antes fueron gusanos y las estrellas sólo lucen en la oscuridad del resto.
Toda búsqueda está marcada por jalones. Y dónde unos sólo ven objetos, otros ven las indicaciones de su camino. Las mariposas antes fueron gusanos y las estrellas sólo lucen en la oscuridad del resto.
Todos buscamos
algo por tal de colmar nuestras necesidades. Las más básicas y
las menos. Buscamos hasta la desesperación. Y más en los
tiempos que corren. Porque cuando no tenemos lo que queremos,
nos sentimos faltos. El resto, lo tengamos o no, nos da igual.
Con la que está
cayendo, y no sólo de agua, lo que hay que tener es una
familia. En estos tiempos de crisis, quien la tenga: que a
ella acuda. Quien no: que retorne a ella o la busque. Porque
si bien puede que en ella no encontremos las soluciones, sí se
nos comprenderá y se nos consolará más que con los bancos, con los
políticos y con Ángela Merkel.
Hace un par de días anduve por aquí y vi que hacía un año, o algo así, que no escribías. Ahora, de pronto, veo dos entradas: me felicito porque me parecen buenas, bien escritas, frescas, animantes, claras, sugerentes... No he visto ninguna de las dos pelis que comentas. Últimamente vamos más al cine. Espero ver EIMINSH. Tus críticas me orientan... Si puedes, no dejes de escribirlas, pero hazlas también de pelis para neófitos. Gracias. Un abrazo.
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